CRÓNICA DE ALCALA IS BLACK

Hay veces que las mejores cosas salen fruto de la casualidad, de forma rápida y casi solas, un capricho del destino desemboca en algo muy grande. Que se quedara una fecha libre de la gira de Gisele Jackson, hubiera un escenario vacío ese día en la Huerta del Obispo, que ese fin de semana fuera el verano en fiestas de Alcalá y tener una buenísima disposición del Ayuntamiento hicieron que todo se alineara para que pudiéramos tener este Alcala is Black

Con el encargo de hacer un cartel internacional en muy poco tiempo, nos pusimos manos a la obra y, aunque veíamos que el line-up rebosaba calidad y elegancia, no esperábamos la gran respuesta del público porque en estos tiempos pandémicos es MUY difícil vender más de 1.000 entradas en 2 días consecutivos y más con musica minoritaria o de “nicho”, como es el caso de la música negra. Tampoco esperábamos salir en radio o prensa a nivel nacional, pero parece ser que habíamos pulsado algunas teclas correctas y que el proyecto despertaba interés.  

El viernes veíamos que habíamos vendido todo, que el sábado íbamos por el mismo camino, y eso genera alegría... y también muchos nervios. Les tocaba abrir el festival a los Boo Boo Weavils, una banda de nuestra ciudad que nos enseñó que lo de asociar banda local con poca calidad, es para otras ciudades donde no hay más de 100 bandas de música activas. Para los Boo Boo Weavils era un día especial, no es fácil tocar para 1000 personas sentadas y menos en mitad de una pandemia mundial, en tu ciudad y acompañando a una leyenda viva de la música que haces, ellos lo sabían e hicieron un gran esfuerzo para estar, incluyendo un sprint en el Camino de Santiago de su cantante Alba Molina para poderlo acabar en fecha, ya que tenía claro que no iba a dejar pasar la oportunidad de tocar con una grande como Gisele Jackson. Y esos nervios hacen a veces que en el escenario estés más concentrado y alerta, y que te salga un concierto redondo. 

Así fue… comenzando con retraso debido a la gran afluencia de público a la misma hora (no es fácil sentar a 1000 personas que llegan juntas…), los Boo Boo Weavils hicieron un concierto impecable, con sus propios temas y una Alba Molina en estado de gracia dándolo todo en el escenario. Sorprendieron al público y dieron una lección de R&B, demostrando que son una banda de muchísima calidad y que sí… que en nuestra ciudad hay grandísimos músicos. Los Boo Boo encantaron al público y dejaron todo en bandeja para que la gran Gisele Jackson hiciera lo que lleva haciendo durante toda su vida.

Porque a Gisele no le hizo falta cantar más de dos frases, “I put a spell on you, because you are mine”, para ponernos los pelos de punta a todos y todas los que estábamos allí, para hipnotizarnos con su presencia y con una voz increíble, que nos llevó automáticamente a otros lugares. Nos dimos cuenta que estábamos viendo un concierto especial, que como bien había avisado nos había hechizado y nos había hecho suyos. Dio igual si tocaba temas suyos o de Aretha Frankiln, que cantara blues o funk, que bailara o que se mantuviera estática, cantando y dando notas increíbles con una facilidad pasmosa, como el que habla y cuenta una historia. Gisele dejó mudo al público que solo podía mirar a su silueta en el escenario y aplaudir con toda la fuerza posible cada uno de los temas. Le acompañaron The Shu Shu’s, una banda mucho más que solvente, que en una simbiosis perfecta con la voz de Gisele y muchísimo oficio nos ofreció un concierto enorme. Tremenda ovación para la artista americana, y aunque íbamos con la hora muy justa un bis no fue suficiente, y fue necesario salir y entrar del escenario un par de veces para dejar al público satisfecho. 

El sábado de nuevo se agotaban todas las localidades, y llegábamos a una segunda sesión que, siendo del mismo estilo, nos iba a enseñar otros sonidos más contemporáneos de la música negra. Les tocaba abrir a Wasabi Cru, una banda de Málaga con un proyecto realmente original que les valió el premio a mejor banda de la categoría de música negra en Alcalá Suena 2021. La lluvia les jugó una mala pasada en junio y les dejó con las ganas de tocar en nuestra ciudad, pero este concierto nos iba a hacer quitarnos esa espinita. Porque es bastante difícil poner etiquetas a Wasabi Cru: neo-soul, jazz o ambient se quedan cortas para concretar este proyecto. Tras un comienzo más puntual (mejoramos mucho en la acomodación y los asistentes, muchos que repetían del viernes, también nos ayudaron acudiendo un poco antes). Wasabi Cru sorprendió al público que quizá no esperaba sonidos más cercanos al jazz, pero dejo muy buen sabor de boca y supo hacer un concierto con muchísima clase. Esta joven banda malagueña tiene mucho  que aportar a los nuevos sonidos de la música afroamericana y destila elegancia por los 4 costados.

Con puntualidad germánica acabó este primer concierto, ovación para Wasabi Cru, y llegaban al escenario Shirley Davis & The Silverbacks. La historia de Shirley es la historia de una cantante que decide que esa va a ser su vida ya sea en Australia, UK o España, y que cueste lo que cueste, va a seguir su camino. Con una banda increíble como son The Silverbacks, pasó por todos los estilos de la música negra, con un sonido actual, un carisma y una voz muy especial, encantó al público en un concierto que fue de menos a más y en el que repasó sus trabajos anteriores y nos mostró temas de su próximo disco, otro de los muchos discos que la pandemia paró en su creación o salida y que tendremos en breve en la calle.

Solo podemos decir que estamos muy agradecidos: al público por la respuesta increíble, al Ayuntamiento de Alcalá de Henares y su concejalía de Cultura por abrazar este proyecto y poner los recursos para que fuera posible, a todo el personal técnico que hizo un trabajo impecable, a los trabajadores municipales, al personal de la Huerta ( y a la huerta en si misma… acostumbrados a trabajar a pie de calle, se agradece una infraestructura tan bien hecha), a las bandas participantes y especialmente a los compañeros y compañeras voluntarios de la asociación Alcalá es Música que han trabajado en producción y fotografía y han conseguido que todo saliera rodado. El tiempo nos dirá si Alcalá is Black fue un evento que ayudó a hacer unas mejores fiestas de transición, o si nos ponemos a trabajar ya en volver a traer a nuestra ciudad a algunas de las mejores propuestas de la música negra internacional… sobra decir que si así es, lo haremos encantados.