Reasons to Believe es el primer disco en solitario que publica Flecha (Manuel Flecha Ontivero), obrero de la música que absorbe amplias dosis de sabiduría callejera desde hace dos décadas.
Las ocho canciones compuestas por Flecha son en inglés, con letras evocadoras y ricas en confesiones. Son textos que revelan su inclinación por la transgresión, siempre desde una poesía íntima y fruto de influencias tan dispersas como acertadas.
Este artista afincado en Alcalá de Henares vive volcado por completo en la música. Ahora ofrece esta obra hondamente personal, si bien su trayectoria está marcada por bandas como Gizzard (rock progresivo) o Musselman (cerca del folk y la psicodelia). En ambas formaciones desarrolla registros muy distintos y el común denominador es la distancia insalvable respecto al mainstream. Existen varios discos de Gizzard o de Musselman, pero ahora, en Reasons to Believe, Flecha muestra texturas que revelan su proceso de formación constante durante años con canciones de Townes van Zandt, Ray LaMontaigne, Nick Drake, Bert Jansch o Gillian Welch/David Rawlings (la lista podría ser muchísimo más larga).
Flecha imparte clases de guitarra y batería, que complementa con trabajos de jardinería. Quizá de ese contacto con el universo vegetal procede la hermosa portada, de resonancias psicodélicas, que parece aludir a la multiplicidad de nutrientes sonoros que entran en su cabeza, como hojas que absorben energía solar y la transforman en savia revitalizante que cobra forma de disco acústico. El álbum gira en la onda del folk americano, junto a otros rasgos muy personales. Son composiciones cálidas y evidencian las capacidades de Flecha como gran cantante de las emociones.
Tell Me Who I Am, canción de carretera, abre el disco. Dice ahí: "Dime quién soy / Ni siquiera puedo confiar en mí mismo / Seguiré despierto / Razones para vivir / Carreteras que no tomaré / Nunca lo sabré".
Asómense a este talento.